Sal quebradiza de origen marino que no lleva ningún proceso industrial y de sabor sutil. El proceso de la obtención de la sal en escamas es delicado y costoso. Consiste en dejar que los cristales de cloruro de sodio (entre otros compuestos) afloren a la superficie del mar y se sequen por la acción de el sol y el viento. A temprana hora de la mañana, la sal es recolectada manualmente con palas para evitar que los cristales se rompan. Son tan delicados que el mismo viento puede llegar a romperlos. Se emplea en carnes a la brasa, ensaladas, setas o en cualquier otro uso de la sal común.